Implantología Oral

En las últimas décadas, el descubrimiento, investigación, desarrollo y aplicación de los implantes dentales como parte de la terapéutica odontológica, incorporó un elemento fundamental para la rehabilitación de la función masticatoria y de la estética perdidas por el paciente.

Los Implantes Dentales surgen de un descubrimiento realizado en Suecia por el Dr. Branemark, investigador que utilizó al titanio para la construcción de tornillos de fijación en traumatología. A partir de esta investigación, se descubrió que el titanio no es rechazado por el organismo y presenta la capacidad de unirse en forma microscópica al hueso formando una unión definitiva al mismo. Se descubrió lo que se llama oseointegración, que es lo que le permite a los implantes dentales servir como fijación de prótesis en aquellos lugares del hueso maxilar o mandibular donde se han perdido piezas dentales.

Un implante es un elemento de titanio (generalmente con forma de tornillo y raíz) que se introduce en los huesos maxilares con la finalidad de imitar la raíz de alguna pieza dentaria perdida. El implante es biocompatible, esto quiere decir que es un material aceptado por nuestro organismo como si fuera propio. Por ello no debemos hablar de rechazos, ya que estos no existen, sí pueden existir fracasos inherentes al trabajo del profesional, al cuidado de los pacientes o a la condición de ciencia no exacta de la medicina en general.

Las estadísticas indican un alto grado de éxito a largo plazo de los implantes dentales, optando el profesional por ellos como una alternativa inmejorable y altamente predecible.

Tras realizar diferentes pruebas diagnósticas (impresiones, radiografías, tomografías), evaluar la calidad y la cantidad del hueso y conocer las expectativas del paciente, el odontólogo implantólogo decidirá la secuencia de tratamiento como el uso de anestesia local (la más frecuente) o necesidad de sedación, extracción dental con colocación simultánea o diferida del implante, colocación del implante bajo la encía o expuesto al medio bucal, necesidad o no de regeneración ósea, uso de la técnica de cirugía guiada por ordenador (mínimamente invasiva), uso de prótesis provisional removible o conectada al implante (carga inmediata), definir el tiempo de osteointegración (de 3 a 5 meses), decidir si la prótesis definitiva podrá ser fija (atornillada o cementada) o removible a modo de sobredentadura.

Hoy en día, con las técnicas de regeneración ósea (para preservar o recuperar el hueso perdido), usando injertos de hueso tomados del propio paciente o con el uso de materiales que facilitan la formación de hueso (hueso artificial o membranas osteoinductoras), nos permitimos asegurar que la gran mayoría de los pacientes pueden llevar implantes.

La Ortodoncia también aprovechó este beneficio y así utilizar microimplantes ortodónticos para buscar anclajes donde no los había y así poder traccionar piezas fácilmente.

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